¿Y qué tal si hacemos al pimiento coprotagonista de esta historia? Tú decides… Si no os va demasiado el rojo, podemos prescindir de él y centrarnos solo en el queso. ¡Ese sí que no puede faltar!
A continuación, os explicamos todos los pasos a seguir para triunfar con estas pequeñas delicias…
INGREDIENTES PARA 6 PERSONAS
- 100 g Queso Tres Oscos
- 70 g de pimiento rojo asado
- 55 g de harina de trigo
- 300 ml de leche
- 4 huevos
- 55 g de mantequilla
- Nuez moscada
- Pimienta blanca molida
- Sal
- Moldes individuales (también pueden prepararse en una fuente honda)
ELABORACIÓN
- Previamente, habremos asado el pimiento rojo, así que lo pelamos, escurrimos bien y lo trituramos.
- Untamos los moldes con una fina capa de mantequilla y los espolvoreamos con harina. Es importante que se cubran todos los huecos del modo, así que hacedlo a conciencia.
- Rompemos los huevos separando las claras de las yemas y las ponemos en boles distintos.
- Rallamos el queso, ya que así se funde más rápido, aunque también puede ponerse a daditos pequeños si sois de los que os gusta más encontraros los trozos.
- Derretimos la mantequilla en una sartén amplia y añadimos la harina poco a poco, dejando que se tueste ligeramente. Vamos removiendo y agregando también la leche. Vertemos una pizca de sal, de pimienta blanca y de nuez moscada. Probamos y rectificamos si es necesario. Mezclamos todo bien con la varilla y cocemos sin dejar de remover durante aproximadamente diez minutos.
- Añadimos el puré de pimiento y removemos para que se integre bien. Agregamos el queso, integrándolo también.
- Retiramos la sartén del fuego y dejamos atemperar. Este paso es muy importante porque en el siguiente, se nos puede cuajar el huevo si está la masa aún caliente.
- Mientras tanto, batimos las claras a punto de nieve.
- Cuando la mezcla esté ya templada, vertemos las yemas e integramos bien. Después, agregamos las claras en tres veces, removiendo después de cada añadido con mucha suavidad y movimientos envolventes para que no pierdan el aire.
- Rellenamos los moldes con esta esponjosa mezcla, llegando casi hasta el filo de arriba y pasamos, por el interior del borde, la punta de un cuchillo que no sea de corte, sino de canto redondeado. Esto lo hacemos para los suflés suban homogéneamente en el horno, que previamente habremos precalentado.
- Cocemos a unos 200 °C en la parte más baja durante unos 25 minutos, hasta que empiecen a dorarse. Retiramos y servimos al momento.
No os encantéis que el souflé se “desinfla” enseguida… Causarán sensación pero… ¡Del horno a la mesa cuanto antes!